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Las 4 puertas que conducen a la paz Interior

  • Foto del escritor: Fabiola Quiñones
    Fabiola Quiñones
  • 24 may 2017
  • 4 Min. de lectura

Tener prosperidad y abundancia en nuestra vida también implica estar en paz con nosotros mismos.

Vivimos en una sociedad donde pocas veces estamos quietos. Tenemos todo tipo de preocupaciones diarias: trabajo, vida social, pareja, amigos…


Vivimos de manera muy mecanizada, son pocas las veces que tomamos conciencia de nosotros mismos, de las acciones que hacemos, de las palabras que decimos, o de las emociones que nos invaden.


Encontrar la paz interior es el sentimiento de bienestar que experimenta una persona que se siente bien consigo misma, tranquila y relajada a nivel interno. La paz interior es la meta de felicidad más importante, ya que para tener relaciones personales saludables, previamente uno debe de sentirse bien consigo mismo.


El Maestro Jorge Handabaka a través de una historia nos revela una valiosa reflexión que nos conduce a la paz interior.

Las 4 puertas que conducen a la paz Interior

Un hombre llevaba muchos años recorriendo los caminos del mundo buscando la paz interior. Preguntándose ¿Cuál será el secreto para lograrla? ¿Cómo se puede disfrutar de la paz interior? ¿Será acaso una fantasía?


Una tarde cansado de andar recorriendo caminos, haciéndose esta misma pregunta, se tendió a reposar bajo un árbol, quedándose profundamente dormido, y mientras lo hacía se le reveló el secreto que tanto estaba buscando.


En sus sueños se vio ingresando a una antigua ciudad…dentro de esa ciudad había un templo, de paredes fuertes y una enorme puerta que parecía hecha de oro, se acercó de inmediato y tocó, al abrirse la puerta miró una pared enorme con una frase que decía: HABLAR SOLO LO NECESARIO. Se encontraba sólo, se sentó y a los pocos minutos se acercó un anciano con apariencia de monje, aunque en realidad no se lograba identificar de qué religión era, y éste le dijo: - ya que usted está en busca de la paz interior, aquí encontrará el camino que lo conducirá a ella, y esta comienza con HABLAR SÓLO LO NECESARIO.


El 90% de nuestro hablar es innecesario, mecánico, un derroche de energía vital, porque en su mayoría solo hablamos cosas negativas, destructivas, críticas, juzgamos a los demás, o nos burlamos de ellos, es por eso que la primer puerta a la paz interior es hablar sólo lo necesario. Hágame el favor de volver a su vida, hable solo lo justo, lo necesario y regrese dentro de un año.


Y todo un año el hombre trato de ponerlo en práctica y se dio cuenta como hablaba cosas demás, y como la gente también lo hacía, a una sola pregunta se daban miles de respuestas, juzgando, calificando, criticando, y en realidad muy pocos respondían adecuadamente.


Al segundo año, volvió al templo, entró y vio una segunda puerta, al abrirla miró otra frase que decía PENSAR SÓLO LO NECESARIO, se sentó y reflexionó sobre la misma, se le acercó el mismo anciano de la puerta anterior, y le dijo: - esta es la segunda puerta para lograr la paz interior , PENSAR SÓLO LO NECESARIO. Dime hombre, ¿cómo te has sentido al poner en práctica la primera puerta?


A lo que el hombre contesta: Hablaba lo justo, logré dejar de hablar cosas innecesarias pero apareció un nuevo problema, si bien no hablaba, todo se quedaba en mis pensamientos, se daba una charla interna intensa y eso no me permitía tener paz.

A lo que el anciano le responde: - El problema está que todas personas piensan demás. Un 98 o 99% de nuestro pensar es innecesario, otro derroche de energía porque tenemos muchos pensamientos destructivos.


Debes pensar sólo para solucionar problemas, para pensar información relevante, piensa sólo para construir o planificar, piensa para crear, esa vocecita de la mente que cree ser tú es innecesaria. Te hace sólo derrochar energía inútilmente, apóyate en sentir tu cuerpo, en la atención consciente de tu respiración, piensa solo lo justo, lo necesario y cuando esa mente se vaya silenciando hazla descansar y regresa dentro de un año.


Al año siguiente el buscador llegó y llamo de nuevo a las puertas del templo, encontró una tercera puerta igual de bella y enorme como las primeras dos y al abrir miró una frase que decía SENTIR SÓLO LO NECESARIO. Se sentó, reflexionó y el anciano se volvió a acercar a él, y le dijo: -¿cómo te has sentido al poner en práctica las primeras dos puertas? A lo que el hombre responde: - he dejado de hablar cosas innecesarias, he dejado de pensar cosas innecesarias, pero aún tengo problemas con las sensaciones o emociones en mi cuerpo, siento angustias o ansiedades y esto perturba mi paz.


El anciano responde: -Todos ustedes sienten de más. Un 98 o 99% de nuestro sentir es innecesario, con el agravante que intoxican a las personas y el planeta.


Debemos dejar de vivir a flor de piel por pensamientos destructivos, las emociones son instrumentos de conocimiento, debemos estar muy atentos a nuestras sensaciones y observar nuestras emociones.


Vuelva a su vida, afine su atención, diríjala a sus sentimientos y emociones, no permitiendo que se instalen de manera mecánica, ira fácil, risa fácil, silencie la mente emocional, hágala descansar y regrese dentro de un año.


Pasando el año, el hombre volvió al templo, vio una cuarta puerta, donde vio otra frase que decía: LA VERDADERA PAZ VIENE DEL SILENCIO Y EL VERDADERO SILENCIO ES LA AUSENCIA DEL EGO.


Unos ancianos se le acercaron y le dijeron: -se le nota a usted una paz interna, es raro si aún le falta poner en práctica una cuarta puerta. El hombre sentándose en silencio les dijo: - Es porque ha sido una gracia, una bendición o tal vez una recompensa el que ahora tenga una paz interior, esto ha sido producto de los esfuerzos anteriores, luego de trabajar sobre mi hablar, sobre mis pensamientos que pretenden ser yo, al darme cuenta que no soy esa vocecita que habla o mis emociones me tomen, sobrevino la gracia, pues al caer ellos, también cayó el ego, que quiere usurpar el yo verdadero, y ahora siento esta gran paz interior que rebasa todo entendimiento.



La verdadera paz viene del silencio y el verdadero silencio es la ausencia del ego. Debemos tomar atención hacia nuestros sentimientos y emociones para que no se expresen de manera mecánica, vigilar las emociones negativas y el silencio. Hablar lo necesario… Pensar lo necesario… Sentir lo necesario y expresar las emociones de manera constructiva.

 
 
 

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