¡Vive libre de deudas!
- Fabiola Quiñones

- 5 abr 2017
- 2 Min. de lectura

El 90% de las familias latinoamericanas tienen deudas que deben pagar mes tras mes.
Esto es un dato que asusta porque la mayoría de esas familias no tienen liquidez o solvencia económica para hacer frente a esas deudas, esto quiere decir que sus deudas están estancadas o en aumento.
¿A cuántas personas conocemos que tienen tarjetas de crédito hasta el tope, que ya no pueden pagar o que se mantienen pagando el saldo mínimo?
Actualmente hay muchas instituciones, personas o empresas que nos ofrecen facilidad de créditos y a nosotros se nos hace fácil acceder a ellos.
Existe un dicho muy popular que dice: “el que no se endeuda no se hace de nada”, lo he escuchado infinidad de veces y muchas personas viven con este mantra, adquiriendo deudas sin fin.
Es importante que conozcas que hay deudas muy malas y otras no tan malas.
Las deudas malas son aquellas que surgen cuando adquirimos bienes que no necesitamos o que no nos podemos permitir en el momento.
También cuando adquirimos créditos o tarjetas con tasas muy elevadas o cuando adquirimos a crédito cosas de rápido consumo, por ejemplo: cuando compramos la lista del mandado a crédito o pedimos un préstamo para vacaciones, son cosas de rápido consumo que terminamos pagando a plazos de un año, dos años o más, cuando ya han pasado o se han consumido. ¿Te gustaría seguir pagando las vacaciones que tuviste hace 5 años? ¿O seguir pagando el mandado que consumiste hace 1 año?
Así que nada de endeudarse por este tipo de cosas.
Por otro lado existen las deudas no tan malas, en términos generales tiene sentido endeudarse cuando:
Lo que adquirimos aumenta su valor con el paso del tiempo.
Adquirimos cosas que agregan valor a nuestra vida, cómo estudios, capacitaciones, cursos, que de otra manera no podríamos obtener.
Créditos para expandir nuestros negocios, siempre y cuando tengan tasas de interés bajas.
Este tipo de deudas nos pueden ayudar a apalancarnos mejor y hacer una gran diferencia en nuestra calidad de vida, pero debemos saber utilizar bien los recursos y ser responsables con el pago de nuestros créditos.
Debemos cambiar nuestra mentalidad, ser más responsables con el uso de nuestro dinero, y cada vez que vayamos a adquirir una deuda preguntarnos: ¿Realmente tengo la solvencia económica para hacerle frente?
Recuerda que:
Menos deudas = más libertad
Menos deudas= más riqueza
No trabajemos para el banco, seamos socios del banco.
No trabajemos para pagar intereses, trabajemos para cumplir sueños.
¡Vive libre de deudas!













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